jueves, 12 de enero de 2017

6. La edad.



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     La Real Academia de la Lengua Española define la edad como "cada uno de los periodos en los que se considera dividida la vida humana". 

    La vida es tiempo. Tiempo desde que naces hasta que te mueres. En principio esto parece una cuestión puramente biológica. Más o menos las cosas son así:

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Eso que pasa
  Dos adultos de distinto sexo mantienen relaciones sexuales. Un espermatozoide fecunda un óvulo y pasa todo eso del embarazo, que suele terminar aproximadamente a los nueve meses, con la madre gritando, placenta, sangre, gente nerviosa y finalmente el bebé que sale llorando. Al principio el bebé no es capaz de hacer nada por sí mismo. Mama, duerme, llora y hace pis y caca y depende para todo de los adultos. Luego, poco a poco, va aprendiendo cosas. Aprende a andar, aprende a hablar, a comportarse y todo lo que necesite para convertirse en una persona de pleno derecho en la sociedad. Cuando lo haya hecho, se le considerará un individuo adulto. También tendrá hijos, que cuidará y educará más o menos como hicieron sus padres con él. El tiempo seguirá pasando, el cuerpo se irá deteriorando, ya no podrá valerse por sí mismo y finalmente acabará muriendo. Ya sé que hay excepciones. Somos muchos en el mundo y hay gente para todo, pero lo normal, si un sujeto cumple el ciclo completo de su vida biológica, es que pase por estas cuatro fases: nacimiento, madurez, reproducción y muerte. 

    Si la edad fuese una cuestión exclusivamente biológica, lo lógico sería que todas las sociedades segmentasen el tiempo de la vida en las mismas categorías y asignasen a cada una de estas categorías un rol social. Esto, por supuesto, no es así en absoluto. La edad biológica es universal. La cultural no. Así, por ejemplo, hay sociedades que segmentan la vida en tres grupos de edad: niños, que son aquellos individuos que aún no están maduros para participar en la vida social; los adultos, que sí lo están; y los ancianos, que ya no pueden participar. Sin embargo, por poner un ejemplo, los comanches no lo hacen así. Ellos no distinguen tres edades, sino cinco: bebé, preadolescente, bravo o muchacha solteros, persona mayor y viejo. O los masai, que distinguen entre infancia, guerrero menor, guerrero mayor, adulto menor y adulto mayor. Nigel Barley, en Bailando sobre la tumba, habla de un informante de otra cultura que tenía el cadáver de la abuela envuelto en trapos en el salón y sostenía que no estaba muerta, porque en su cultura las personas sólo mueren cuando el cuerpo sale de casa. Esto quiere decir que la categoría viejo va más allá de la muerte biológica. Algo similar sucede en las islas Salomón, donde tienen dos categorías/palabras distintas de nuestras muerte/vida. Tienen una palabra que engloba muerto, muy viejo y enfermo, y otro término para todo lo demás.
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Nativos de las Islas Salomón.


     Como digo, cada cultura segmenta la vida biológica a su manera, crea roles de edad, a los que asocia derechos, deberes y pautas de comportamiento. Os pongo un ejemplo: en Palaos la infancia se divide en dos partes, una primera infancia y la infancia tardía. La primera infancia dura aproximadamente hasta que el niño tiene cinco años. Durante este periodo de tiempo los adultos son solícitos y tolerantes con los niños pequeños. Sin embargo, la gente de Palaos tiene una consideración negativa de los vínculos emocionales. Creen que es mejor no cultivarlos porque nos pueden traer complicaciones crueles y traicioneras. En consecuencia, a los cinco años los niños son severamente separados de sus padres. Ya nadie los cuida ni les dan cariño, y los niños se ven obligados a vivir en un vacío emocional y a comerciar con la amistad para conseguir recompensas concretas. Tienen que aprender a rechazar cualquier vínculo emocional y a desconfiar de sus vecinos. Si comparamos el caso de Palaos con nuestra propia idea de la infancia, vemos que el modo en que se segmenta la vida depende de las culturas. Allí donde las gentes de Palaos crean dos categorías bien diferenciadas (antes y después de los cinco años) nosotros sólo tenemos una. Además, los derechos, deberes y pautas de comportamiento asociados a los roles son radicalmente distintos. En ningún caso a un occidental contemporáneo se le ocurriría considerar como normal tratar con extrema severidad a un niño de siete años y hacerle el vacío emocional con la intención de que aprenda que lo único que mueve el mundo es el interés y que los vínculos emocionales pueden ser perjudiciales.



Niños de Palaos.

    La edad biológica determina los deberes asociados a los roles de edad. Es una cuestión puramente física. Así, por ejemplo, a los niños no se les puede pedir que tengan hijos sencillamente porque no pueden. Algo parecido le sucede a los ancianos, a los que se les suele liberar del deber de ir a la guerra. Sin embargo, conviene no sobrestimar la influencia de la edad biológica en los roles de edad. Pocas son las cosas que uno no puede hacer. En muchas culturas los niños eran utilizados como compañeros sexuales y hasta hace poco (siglo XIX) trabajaban en las minas de carbón. Que a nuestra cultura occidental actual nos parezca una aberración la pederastia o la explotación laboral infantil no quiere decir que no sea físicamente posible.

   La relación entre edad biológica y rol cultural es bastante más débil en lo que a los derechos se refiere. Hay cierta relación en nuestra cultura cuando, por ejemplo, a los adultos se les reconoce el derecho a tener hijos. Son físicamente capaces de hacerlo y se les permite. Pero lo cierto es que en lo tocante a los derechos asociados a un rol es una cuestión más de prohibiciones que de libertades. Si seguimos con el ejemplo anterior, a pesar de que los niños pueden ser compañeros sexuales o trabajadores, nosotros en occidente lo prohibimos (y que quede muy claro que a mí me parece bien. Sólo con pensar en un pobre niño teniendo que hacer esas cosas me ponen los pelos como escarpias). Pero tampoco hay que irse ejemplos tan extremos. Como dije antes, los masai distinguen entre cinco grupos de edad: infancia, guerrero menor (moran), guerrero mayor, adulto menor y adulto mayor. La ecured.cu describe así los grupos de edad masai:


    Entre los masái se llevan a cabo varias ceremonias o ritos, fuertemente relacionados con la edad. Uno de ellos es el rito de iniciación, que convierte a los muchachos (16 años) en jóvenes guerreros o moran.

 Durante la importante ceremonia, los jóvenes son circuncidados al amanecer y recluidos todos juntos (manyatta) para pasar un periodo de convalecencia. Cuando la herida está cicatrizada los jóvenes se dedican a cazar pájaros con los que decorar su cabeza, que ha sido convenientemente rapada. Pero todavía no se considerarán guerreros hasta que su pelo crezca y pueda ser recogido en pequeñas trenzas.

   Desde este momento, los ya guerreros, vivirán juntos en poblados propios. Este periodo estrecha fuertemente los lazos entre los muchachos que forman el grupo de edad, unión que han de respetar de por vida. En estas aldeas podrán ser visitados por las jóvenes que deseen mantener relaciones con ellos, pero no podrán casarse hasta que, unos quince años después, pasen a la edad adulta.

   Durante esta etapa los moran aprenden las tradiciones y se ejercitan en la fuerza y el valor. Para los masai éstas son cualidades muy importantes. El guerrero que logre matar a un León con su lanza, lucirá la melena del animal y será respetado. 


(...) 

   Otro rito muy importante en la vida masai es la ceremonia de paso a la edad adulta. Todo el grupo de edad dejará de ser guerrero, para adquirir responsabilidades en la vida social del poblado (familia, hijos y ganado). Es a partir de este momento cuando podrán casarse (a veces con varias esposas) y vivir con sus familias. Para esta ceremonia, llamada Eunoto, los guerreros pintan sus rostros con pintura rojiza, símbolo de la ferocidad del guerrero. Dejan sus lanzas y sólo van armados con largos palos. Se sacrifica algún buey en un recinto rodeado por las chozas que han construido las madres de los guerreros y se celebran festivas danzas.

   La celebración llega a su momento más importante cuando las madres se disponen a cortar el cabello de sus hijos. Este hecho simboliza que abandonan la condición de guerreros y que el vínculo materno se rompe para comenzar una nueva vida, tras lo cual un anciano les otorgará el primer consejo de adultos: “Ahora que eres un adulto, arroja tus armas y en su lugar emplea la cabeza y la sabiduría”.




Imagen relacionada
Masais.


   En esta descripción de los grupos de edad masai vemos cómo a los jóvenes guerreros se les reconoce el derecho a tener relaciones sexuales con mujeres, pero no a casarse y tener hijos, para lo que su edad biológica los capacitaría. Y a los adultos de más de 30 años se reconoce este derecho y se les libera de la obligación de ir a la guerra. 

    
   

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