domingo, 17 de enero de 2016

Marte / The martian (Ridley Scott)



   En un futuro cercano un astronauta se queda solo en Marte por causa de un accidente. Tendrá que sobrevivir y tratar de ponerse en contacto con la Tierra para que lo rescaten.

   Marte es una suerte de Robinson Crusoe de ciencia-ficción. Igual que en la novela, nos cuenta las peripecias del protagonista para sobrevivir, el modo en que tiene que organizar su vida y el modo en que se relaciona y explota el entorno con el fin de dominarlo y hacerlo habitable.

   La idea es buena. Sólo con enunciarla genera interés. ¿Cómo hará un hombre para producir comida en Marte? Así que sólo con eso el director ya tiene la mitad del camino hecho. Una buena idea que provoca la curiosidad del espectador.

   Pero Marte es mucho más que una buena idea. Está muy bien construida. No solo nos cuenta el modo en que el protagonista desarrolla un precario sistema de explotación agraria en un planeta hostil, sino que nos van contando todas las peripecias y dificultades con las que se va encontrando. Estas dificultades contribuyen a dotar a la película de un buen ritmo narrativo. Al pobre protagonista le pasan toda su parte de desgracias -como es de esperar en una persona que se queda sola y aislada en Marte- y de la lucha contra estas desgracias surge la tensión que mantiene espectador pegado a la pantalla. En este sentido, me recordó a aquella versión de Robinson Crusoe que hizo Tom Hanks hace años. En ella no había tensión ni nada porque las peripecias eran una chorrada. Marte se ve muy bien porque las desgracias a las que tiene que enfrentarse el protagonista está muy bien pensadas.

   Siendo una película de ciencia-ficción, y teniendo en cuenta por donde van los tiros del cine de Hollywood actualmente, me esperaba un despliegue descomunal de efectos especiales. Afortunadamente no es así. Hay mucho diseño por ordenador, pero en general el ambiente de ciencia-ficción se consigue más por los decorados que por los efectos especiales.

  Antes de verla una amiga me llamó la atención sobre la música. Me dijo que le rechinaba un poco y que a veces le echaba de la película. No sé si tiene razón. A mí me pasó lo mismo, pero no sé si es que ya me había avisado de antemano y estuve muy pendiente de la música, o porque realmente es así.


   La actuación de Matt Damon es la que se espera de él en estas situaciones. No va a pasar a la historia del cine por ella, pero cumple con corrección.

   Aparte de la música, el único pero que se me ocurre es que es un poco ingenua. Dudo mucho que, en caso de que Estados Unidos se dejase a un hombre aislado y sólo en Marte, se gasta sin toda esa cantidad de dinero y de esfuerzo en traerlo de vuelta. Teniendo en cuenta como es la política exterior de Estados Unidos, me cuesta creer lo que hacen para traer de vuelta a Matt Damon. Y lo mismo sucede con China, que de repente se convierte en un país buenísimo que colabora altruistamente con Estados Unidos para traer de vuelta al héroe nacional.

   P. D. Evidentemente, no tiene el trasfondo filosófico de Robinson Crusoe, pero es que no se esperaba una reflexión acerca del calling divino y el puritanismo calvinista en una película hecha en 2015. Si hubiesen hecho algo así, hubiese sido un anacronismo imperdonable.

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