sábado, 9 de mayo de 2015

Podemos se deshincha en el show político.




    Esta semana se ha publicado otra encuesta del CIS sobre intención de voto. En ella Ciudadanos sube y, de acuerdo con los titulares de la prensa conservadora, Podemos se desploma. En su momento ya vaticiné una caída de Podemos (aquí), Creía que en el momento en que este partido tuviese una posibilidad real de gobierno, el poder fáctico que domina los medios de comunicación se encargaría de encauzar la opinión pública hacia opciones de voto menos peligrosas. Sigo pensándolo y este post es para analizar el modo en que los medios de comunicación han hundido a Podemos construyendo para ellos un nuevo personaje en el escenario político que transmitirle a los ciudadanos. Ya no es un partido de gobierno, sino un actor secundario con connotaciones negativas.
     Roger-Gérard Schwartzenberg dice que en la industria del espectáculo político las ideas han sido sustituidas por personajes que captan la atención e impresionan la imaginación. Vivimos una teatralización de la democracia. No hay lucha de ideas, sino personajes en una obra de teatro. Las elecciones se nos venden como grandes luchas de poder, los debates gozan del aire agonístico de los duelos y la frecuente repetición de sondeos que amplían esta lucha, hacen de la incertidumbre un resorte dramático. Sin embargo, debido a la omnipresencia de los medios de comunicación la eficacia de esta teatralización puede debilitarse. Los ciudadanos-telespectadores se aburren de la misma historia de siempre. Para evitar el desfallecimiento, el poder debe poner en movimiento todos los recursos con los que cuenta la dramaturgia política. Hay que alimentar la renovación y con ello la inflación de imágenes. Como dice Balandier, "durante los periodos turbulentos, el acontecimiento crea las oportunidades y fuerza la atención por lo que de inesperado e inquietante tienen. Durante los
Enfrentamiento en antena entre Iglesias y Aguirre.
Un ejemplo perfecto de un pseudoacontecimiento.
periodos de mayor calma, los pseudoacontecimientos fabricados servirán para provocar esos mismos resultados". Para que no nos aburramos y nuestra atención decaiga, los medios de comunicación llenan su parrilla con operaciones políticas o golpes sorpresa, con enfrentamientos entre líderes, con personajes saliéndose de su papel, con ruedas de prensa en las que se hacen públicas revelaciones reales o aparentes, etc...
      Podemos irrumpió irrumpió en la escena política española en unas elecciones europeas. Luego empezó a subir en las encuestas, pero eso no le aseguraba un asalto real al poder porque era un momento de calma porque no había unas elecciones a la vista. Los medios de comunicación les prestaron mucha atención y crearon lo que Balandier llama un pseudoacontecimiento. Parecía que el partido de Pablo Iglesias se iba a comer el mundo y que su asenso era imparable. Se construyó una auténtica tensión dramática con Podemos asaltando el poder. Pero, como decía antes, la multiplicación y difusión de los medios de comunicación de masas ha modificado el modo de producción de imágenes políticas. Tiene que haber una dramatización permanente. Y nada más fácil para el poder que apartar a Iglesias de este espectáculo que se renueva cada día. Se introduce en el escenario político un nuevo personaje sobre el que focalizar la atención. Aparace Albert Rivera y Ciudadanos, e Iglesias y Podemos desaparecen de la representación del duelo agonistico. La atención sobre Podemos decae, el público se aburre con este actor del pasado y las expectativas de gobierno de este partido se esfuman. En nuestra sociedad donde todo se consume y desecha, el espectáculo político no iba a ser una excepción. Pablo Iglesias fue consumido y desechado.

Pablo Iglesias cuando todavía era un actor principal en el show político.


      Paralelamente, cada vez que los medios hablan de Podemos, ya no es como un partido con posibilidad real de gobierno, sino como un partido asociado a escándalos de corrupción y luchas intestinas. Se publican montones de noticias negativas sobre ellos -reales o no, eso da igual- y la imagen de Podemos cambia. Ya no es el partido limpio, nuevo, que viene regenerar la democracia, sino unos corruptos como todos los demás a los que les mueven los intereses personales. 
      Greimas, cuando analizaba los personajes en el texto narrativo, decía que tienen dos caras: como actantes, que es su función en la narración, y como actores, que es su caracterización. Los medios de comunicación nos ofrecen la política como una novela. En un periodo de calma, utilizaron a Podemos como un pseudoacontecimiento,. Crearon un personaje que era un actante principal -nos lo vendían con posibilidades reales de gobierno- y actor un transparente y limpio -estaba del lado de los buenos-. Pero tampoco interesaba que Podemos ganase las elecciones porque eso suponía un riesgo para ellos. Ahora que se acerca un acontecimiento de verdad -hay elecciones a la vista-, los medios cambiaron radicalmente el personaje de Podemos. Se lo convirtió en un actante secundario y un actor de los malos de la película. Ojalá me equivoque, pero, si seguimos así, el lamentable Rivera y sus Ciudadanos serán el tercer partido más votado. Y volverá a ganar el PP, y el PSOE será la segunda fuerza, y Podemos ocupará el espacio de Izquierda Unida, que es la de un mal actor secundario. 

El lamentable Albert Rivera, al que están dejando jugar en la obra de teatro.

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