sábado, 31 de enero de 2015

Ed Brubaker y Sean Phillips: Criminal



     De esta serie hay muy poco que decir que no haya dicho cuando hablé de Fatale. Tiene exactamente los mismos defectos: es un pastiche y el dibujo, que no está mal, es bastante impersonal. En este sentido, podría haberme ahorrado la crítica, pero creo que hay un par cositas que sí merece la pena comentar:
     Criminal también es un refrito de tópicos, pero, a diferencia de Fatale, no mezcla elementos de diversa procedencia, sino que recurre a todos los tópicos de la literatura de género negro. Hay un bar donde se reúnen todos los delincuentes, hay policía corrupta, hay hombres que huyen de su pasado, hay crímenes y robos imposibles, hay relaciones complicadas con la droga, hay maestros y discípulos en la escuela del crímen y, en definitiva, está todo. Ésto no tendría por qué ser un problema si no fuese por dos cuestiones: en primer lugar, Criminal es un cómic con pretensiones, y no puedes tener pretensiones si haces un pastiche; y en segundo lugar, los tópicos de la literatura negra están tan exagerados que resultan de cartónpiedra. No son verosímiles. Este error llega hasta la traducción, que me echó de la lectura continuamente. El narrador que interviene de vez en cuando para contarnos la historia usa una serie de expresiones que pretenden ser patibularias, pero, de exageradas, resultan ridículas. Además, están desfasadas, de modo que nadie puede creerse que un hampón hable así. Decir "dar matarile" en lugar de "matar" es propio de los años setenta. No sé si este defecto es del guionista o del traductor. No lo he leído en inglés, pero supongo que se deberá al primero y que el segundo ha tratado de mantenerse lo más fiel al espíritu de la obra original. Decía Will Eisner que el cómic debía buscar grandes historias. El público original del este subgénero pulp no era, en general, especialmente formado. Ello hacía que tuviese un filtro menor y se tragase cualquier cosa. Pero, si el cómic aspira a algo más que a ser un entretenimiento de adolescentes, tiene que tener buenos guiones. Como decía Eisner, no puede ser que un guión no valga para el cine o la novela por malo y sí para el cómic. Y eso es lo que le pasa a Criminal. De verdad que no entiendo cómo le han dado tantos premios.
       Puestos a buscarle alguna virtud, me gusta que sean historias autoconclusivas y que los personajes que han protagonizado un título, aparezcan como secundarios en números posteriores.
         

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