miércoles, 17 de septiembre de 2014

La venus de las pieles (Roman Polanski)


   Esta película está basada en una obra de teatro de David Ives, que, a su vez, era una adaptación un tanto libre de la novela Venus in furs de Leopold von Sacher-Masoch. Filmaffinity resume el argumento de la siguiente manera:

    Después de un día de audiciones a actrices para la obra que va a presentar, Thomas se lamenta de la mediocridad de las candidatas; ninguna tiene la talla necesaria para el papel principal. En ese momento llega Vanda, un torbellino de energía que encarna todo lo que Thomas detesta: es vulgar, atolondrada y no retrocedería ante nada para obtener el papel. Pero cuando Thomas la deja probar suerte, queda perplejo y cautivado por la metamorfosis que experimenta la mujer: comprende perfectamente el personaje y conoce el guión de memoria.

    En los últimos tiempos Polanski se acerca cada vez más al teatro, hasta el punto de que con La venus de las pieles uno tiene la sensación de estar ante una obra de teatro filmada, como aquellas que hacía televisión española en los años ochenta. Esto no se debe sólamente a que David Ives, el autor de la obra de teatro, colaborase en el guión. Ya su anterior película, Un Dios salvaje, tenía un aire indiscutible de teatro. Es que La venus de las pieles parece escrita con la Poética de Aristóteles en la mano. Dos únicos actores y un respeto escrupuloso de la regla de las tres unidades -unidad de acción: una sola trama sin subtramas secundarias, unidad de tiempo: se desarrolla en menos de un día, y unidad de lugar: un único escenario-. Inevitablemente, esta fidelidad al formato teatral, hace que la trama no avance tanto por lo que los personajes hacen, sino por sus diálogos, por lo que dicen. 
    Polanski no es el primero que hace una apuesta tan arriesgada. La huella de Mankiewickz es exactamente lo mismo. Pero si se quiere que algo así funcione en pantalla, es necesario que los actores estén a la altura, que encandilen al espectador con su presencia y su actuación. Por supuesto, ese era el caso de La huella. Lawrence Olivier y Michael Cane están gloriosos. Tal vez Mathieu Almaric y y Emmanuelle Seigner no estén al nivel de estos colosos del cine, pero desde luego están a la altura que requería la película. Especialmente ella. La actuación de Seigner, el modo en que cambia continuamente de registro sin transición, el magnetismo y el misterio que consigue imprimir a su personaje es fascinante. 
     En cuanto al contenido del filme, bucea en lo más recóndito del alma humana. Polanski, que ya no tiene nada que demostrar, se abre en canal y hace un ejercicio de auto piscoanálisis. La venus de las pieles es una reflexión acerca de la lucha de los sexos, el poder, la dominación, el sadomasoquismo, el machismo y todos esos temas de los que nos ha hablado durante tantos años. La identificación de Polanski con lo expresado en la película es tal, que la protagonista es su esposa y Almaric se parece tanto a él de joven que, cuando lo vi por primera vez en escena, exclamé: ¡Joder, ahí está Polanski!
     Esta introspección en el lado oscuro de las relaciones entre sexos se proyecta sobre la iluminación oscura y el ambiente enfermizo, que provocan en el espectador un potente sensación de claustrofobia. 
    Además de todo esto, de paso nos cuelan una reflexión sobre el acto de la creación, la recreación y la interpretación, jugando en todo momento con la permeabilidad entre la realidad y la ficción. Los dos personajes alternan diálogos en los que son ellos mismos con la audición que Thomas le está haciendo a Vanda. Al principio está muy claro en qué momento son ellos y en qué momento están representando, pero, a medida que avanza la película, se van fundiendo con los personajes que representan hasta un final abierto que no deja nada claro. Acabamos perdidos en este juego de espejos.
    Con todo esto que acabo de contar, supongo que no hará falta avisar de que es una película difícil. No es fácil entrar en ella y, además, requiere cierto nivel cultural por parte del espectador. 
     No soy un gran fan de Polanski. Me gusta mucho Chinatown, pero no todo lo que ha hecho. A veces me carga un poco y no me acaba de convencer esa exhibición de sus obsesiones a la que se entrega con frecuencia. No son las mías, así que algunas de sus películas me quedan un poco lejos. Aún así recomiendo ver La venus de las pieles. No para un día que llegues tarde y cansado de trabajar y te apetezca evadirte. Es más para cuando uno tenga tiempo y esté dispuesto a esforzarse con una película que no es simple entretenimiento.

1 comentario:

  1. Yo soy muy de Polanski, sobre todo de "La muerte y la doncella" y "lunas de hiel", que tienen muchas de las características que citas.

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