lunes, 5 de mayo de 2014

Tetralogía de los parias contemporáneos III: Loïc Wacquant

Tetralogía de los parias contemporáneos III: Loïc Wacquant.

Loïc Wacquant


     Loïc Wacquant fue primero discípulo y luego colaborador de Pierre Bourdieu, lo que es una carta de presentación impresionante. Aparte de esto, escribió un ensayo sobre boxeo en una sala de mala muerte de un guetto negro de no sé qué ciudad de Estados Unidos que está cojonudo. Y muchos libros de sociología, que es lo que nos interesa ahora.
Loïc Wacquant boxeando en Contra las cuerdas
      Loïc Wacquant habla, fundamentalmente, de las cárceles y el sistema penal. Según Wacquant, el sistema neoliberal que impera en Estados Unidos y Europa desde finales de los años setenta del siglo pasado genera grandes bolsas de población depauperada, que no puede acceder a un puesto de trabajo o que la remuneración que recibe por su trabajo está por debajo de lo que necesita el individuo para sobrevivir. Drogadictos, jóvenes sin empleo, vagabundos, madres solteras, etc... son el resultado de que no hay trabajo. La profecía marxista de que la tecnología nos permitiría gozar de mayor tiempo de ocio no ha resultado del todo cierta. En lugar de trabajar menos tiempo, lo hace menos gente. El antiguo estado postkeynesiano de la solidaridad trataba, en la medida de lo posible, de repartir la riqueza y el trabajo para que no hubiese grandes desigualdades sociales. Pero esta moral de la responsabilidad común fue sustituida por el individualismo calvinista. Los pobres y los marginados ya no son un problema de la sociedad, sino un problema individual, es decir, de ellos mismos. Si eres pobre, es tu problema. Así, el viejo estado postkeynesiano, que nosostros conocemos como el estado del bienestar, fue sustituido por una suerte de organización política que ha abdicado de todo lo que no sea económico. Lo social, el urbanismo, la educación, la medicina, etc... van pasando de la tutela pública a manos privadas. Pero no todo el mundo puede pagar por ello, así que surgen esos sectores de la población depauperados a los que les estoy dedicando esta tetratología. ( Owen Jones , Bauman)
      Hasta aquí Wacquant no dice nada nuevo. Es el discurso que oímos todos los días. Hasta lo sueltan Rubalcaba y Soraya Rodríguez, como si la famosa tercera vía no fuese copartícipe del giro neoliberal que ha tomado el mundo. De hecho, Bill Clinton construyó más cárceles y destinó más presupuesto a la seguridad interna que el mismísimo Ronald Reagan.
        Dice Loïc Wacquant que la penalización es una forma de ocultamiento del problema. Antes, los drogadictos, las madres adolescentes y los mendigos eran un problema social. Ahora son un problema por ellos mismos, así que se los culpabiliza por su situación y se los reprime. Multas y cárcel para los pobres. La política carcelaria forma parte de un plan para redefinir la función del estado en el plano económico, asistencial y social y sustituir el estado del bienestar por el estado penal. En palabras de Wacquant, el estado policial funciona como una aspiradora que absorbe a los damnificados del estado neoliberal. El sistema neoliberal abandona a cada uno a su suerte. Esto no sería un problema si hubiese trabajo para todos, pero con una legislación que deja todo el poder en manos de las empresas, sobran trabajadores, de modo que pueden depauperarse las condiciones de vida de los pocos que tienen trabajo y, los que no lo tienen, pasan directamente a la mendicidad. Pero como se considera que la responsabilidad es individual, nadie se ocupa de estos parias modernos. Es más, se hace recaer la responsabilidad de su situación sobre ellos mismos y se los criminaliza. Por supuesto, los delitos de guante blanco, que son los que realmente afectan al tejido social, son castigados con penas ridículas, cuando directamente ni se los contempla en el sistema penal.
          Por supuesto, esto es una aberración. Primero, y sobre todo, porque es injusto. Y segundo, porque no hay una sola estadística que demuestre correlación entre mayor represión y desaparición del delito. Pero eso no importa. El estado neoliberal ha captado la normal sensación de inseguridad por el futuro que sentimos los ciudadanos medios, el miedo a no poder dejarle nada a nuestros hijos, el miedo a la inestabilidad laboral, al despido, a las bajadas de sueldo, al paro, etc... y lo ha reconducido hacia sensación de inseguridad por la delincuencia, cuando, en rigor, el número de delitos no sólo no ha aumentado en los últimos años, sino que ha descendido.

           Pensar que esto es sólo una cuestión americana, que nos toca muy de lejos y que estamos a salvo en Europa, baluarte del bienestar, es un error grave. Sólo hace falta ver las nuevas leyes con las que nos amenazaba el gobierno: en Madrid se pretendía multar a los mendigos por dormir en la calle, leyes antimanifestación, los profesores nos convertimos en autoridad como si fuésemos policías y otras muchas más que ahora no recuerdo. En lo que me toca más de cerca, casi todos los días oigo hablar de lo peligrosos que son Resistencia Galega, a los que las autoridades del estado no dudan en llamar grupo terrorista. No soy sospechoso de simpatizar con Resistencia Galega. Por si acaso lo repito: no estoy de acuerdo en nada con ellos. Pero decir que unos chavales que quemaron cuatro cajeros y tiraron un cóctel molotov a la sede del PP son una amenaza social creo que es decir mucho.  Blesa, Rodrigo Rato, Méndez y ese larguísimo etcétera de banqueros que se dedicaron a hacer economía de casino -por cierto, fue Clinton el que permitió que la banca tradicional se metiera en cuestiones financieras- han resultado ser mucho más dañinos, y, en caso de que los condenen, dudo mucho que les apliquen la ley antiterrorista. Y repito que no me caen nada bien los de Resistencia Galega.



  
       Si a alguien le interesa esta tema, recomiendo leer Parias urbanos, El estado de la inseguridad social o Cárceles de la miseria.

1 comentario:

  1. Ahora ya no se pueden publicar o incluso componer canciones como la de Albert plà por ejemplo -" La dejo o no la dejo", "Carta al rey Melchor", y del mismo modo Albert no podrá recitarlas por su contenido. ¿Cómo digerimos ésto?, no pueden ser censuradas por ser anteriores a la ley o prevalecerá su contenido a la hora de clasificarla, ¿La quitarán de youtube?, primero google con la memoria histórica y después youtube y control control control control con trools!!!!. Sálvese quien pueda!!!!! ;-)

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